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Acérquense al Señor Jesús

HOMILÍA DEL QUINTO DOMINGO DE PASCUA

Por Mons. Alfredo José Espinoza Mateus, sdb

Quito, 07 de mayo de 2023

En este Quinto Domingo de Pascua, vengo con gran alegría a esta Parroquia de Santa Ana de Nayón. Vengo a compartir la fe y de manera especial, vengo a posesionar a su nuevo párroco, el P. José Requenes, miembro de la Obra de la Iglesia, quien junto con sus hermanos de comunidad y con las Consagradas, han venido a caminar con ustedes y construir la Iglesia con el corazón y el espíritu del Resucitado.

San Pedro, hoy en la segunda lectura, nos lanza un gran desafío. Él nos dice: “Acérquense al Señor Jesús… Él es nuestra piedra viva para que nosotros seamos piedras vivas”. Y es bueno preguntarse, ¿Nos acercamos o nos alejamos del Señor? ¿Hemos abierto nuestros corazones y confiado en Él? y, sobre todo,

¿hemos encontrado la paz en Él?

Jesús nos invita hoy a no perder la paz. Lo dice claramente: “No pierdan la paz. Si creen en Dios, crean también en mí”. Y Pedro en su carta nos llama “dichosos”, porque hemos creído en Él: “Dichosos, pues, ustedes, los que han creído”.

No vivimos momentos fáciles en nuestro país. Hay muerte, violencia, sicariato, lágrimas, narcotráfico, corrupción, inestabilidad política… y la lista pudiera seguir.

¿Tenemos paz o hemos perdido la paz? Es en el Señor donde debemos encontrar la paz. Una paz que es al mismo tiempo esperanza, una paz que nos devuelve la alegría interior, una paz que nos lleva a acercarnos al hermano, una paz que nos hace solidarios y nos lleva a tender la mano. Una paz que fortalece nuestro corazón y nuestras vidas.

El Evangelio de hoy nos habla de “camino”. Jesús en la última cena se está despidiendo: “Cuando yo me vaya y les prepare un sitio… Y, ya saben el camino para llegar al lugar donde yo voy”.

Sus palabras traen muchas dudas. Tomás y Felipe recogen esas dudas, como pudieran ser las dudas que nosotros pudiéramos sentir ante un Jesús que les plantea un futuro, una posibilidad que va más allá de la propia existencia. ¿Qué va a ser de ellos? Jesús capta esa tristeza en el corazón de sus discípulos, se conmueve, trata de animarlos, y les invita a que su corazón no sea vencido por la tristeza y el desaliento. Les dice que “ya conocen el camino”.

Y Tomás le pregunta, con desconcierto: “Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?” Para mí, es una pregunta fundamental… ¿cuál es el camino? Ante esta pregunta de Tomás, Jesús les hace esta confesión: “Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí”.

¿Vemos a Cristo como el “camino” de nuestras vidas? ¿Hemos encontrado ese camino? ¿Ustedes como comunidad parroquial conocen el camino para llegar al Señor? Me parece que el problema de muchos es que viven extraviados. No conocen el camino, no saben cuál es el camino. Es como si nos pusiéramos en una encrucijada de camino y no sabemos por dónde ir y nos preguntáramos cuál es el camino. Y te tocará a ti, querido José, como párroco, y les tocará a ustedes, mis queridos miembros de la Obra de la Iglesia, recorrer ese camino que es Jesús, pero no recorrerlo solos, tienen que llevar a su comunidad, caminar con ellos y llegar con ellos al encuentro del Señor, camino, verdad y vida.

Y ese camino no se busca en google maps. No habrá una voz que nos vaya señalando el camino. No, queridos hermanos. El camino se va conociendo día a día, se va recorriendo en la vida de comunidad, en la catequesis, en la Palabra, en la oración, en el servicio, en el compromiso por los hermanos; y tú José irás indicando por dónde, irás despejando las encrucijadas del camino.

Me viene a la memoria el poema de Antonio Machado, que luego fue hecho canción por Serrat: “Caminante, son tus huellas el camino y nada más; Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace el camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar”. Me gusta el poema y me gusta la canción, pero siempre digo que “sí hay camino”. Cristo es el camino, la verdad y la vida. Y no debemos dejar de buscar ese camino

Encontrar el camino nos llevará a Jesús. Nos llevará a encontrarnos con una PERSONA, que transforma nuestras vidas, que nos atrae, nos mueve y da sentido a nuestras existencias. ¿Buscas a Cristo, como camino para tu vida?

Muchas veces avanzaremos con fe y alegría, otras quizás retrocederemos en el camino, para luego volver a encontrarlo. Lo importante es “estar en camino”, no dejar nunca de estarlo. Hay que ponerse en camino, en el camino que es Cristo.

José, asumes esta bella parroquia aquí en Nayón. Parroquia de gente sencilla y trabajadora, parroquia llena de plantas y de flores. Sé un “buen jardinero”. Cultiva la buena tierra que hay aquí, cultiva esa religiosidad popular que se manifiesta de mil formas. Así como pido a José que sea ese buen jardinero, les pido a ustedes que sean esas plantas que se dejan “cultivar”, “podar” y “abonar” para dar muchos y abundantes frutos y flores.

Tomo nuevamente la imagen del domingo anterior, cuando se hablaba del Buen Pastor. Jesús es “la puerta”. Y el Papa Francisco utiliza esta imagen de la puerta y nos dice que, “Orar, celebrar e imitar a Jesús, son las tres “puertas” que hay que abrir para encontrar “el camino, para ir hacia la verdad y la vida”…”

Tú querido José tienes que ser esa “puerta”, tienes que orar, celebrar e imitar a Jesús. Tienes permanente que ser esa “puerta abierta” para que tu pueblo entre y encuentre el camino para ir hacia Jesús. Ten las actitudes del Buen Pastor, debes cuidar, velar, sanar, levantar, alentar, salir, tener un corazón misericordioso, pero, sobre todo, debes saber escuchar y mostrar a todos la ternura de un Dios que te ama y ama a tus ovejas.

Ustedes, queridos hermanos, déjense conducir y guiar. A ustedes les pido que aprendan a caminar junto con su párroco, con la comunidad de la Obra de la Iglesia. Es un nuevo camino que emprenden, estoy seguro de que es un “buen camino”, ellos los ayudarán a encontrar al Señor, los llevarán al encuentro con un Cristo Vivo.

Que “Santa María del Camino”, sea la guía en este camino hacia su Hijo Jesús. ASÍ SEA.