Arquidiócesis
Cáritas La Trinidad busca siempre dignificar la vida de las personas
José Colmenárez
La Pastoral Social Cáritas de la Parroquia Santísima Trinidad, responde con amor, fraternidad y ofrece atención a las personas vulnerables y de bajos recursos del sector. El carisma de sus voluntarios, es promover los principios de la doctrina social de la Iglesia, basándose en el respeto, la protección de la dignidad humana y el fomento de valores.
Este tipo de acciones responde al pedido del Papa Francisco de «acoger, proteger, promover e integrar» a las personas más pobres y todos aquellos que tienen alguna necesidad, tanto económica como espiritual.
«Si ves la caridad ves la trinidad», es una frase de San Agustín y actualmente es el eslogan de la pastoral social de dicha comunidad, así lo explicó la Msc. Verónica Albán, coordinadora de la Pastoral Social, quien explicó que este lema recoge “el amor misericordioso de Dios, en tres personas, Padre, Hijo y Espíritu Santo, y que se extiende hacia sus hijos, especialmente en aquellos que menos tienen”.
Es por ello, que actualmente ofrecen diversos programas de atención, uno de ellos, es dar almuerzos todos los últimos viernes de cada mes a más de trescientas personas. Esta actividad es coordinada por el párroco, el P. Juan Carlos Garzón, junto a un equipo de voluntarios.
Albán explicó que esta iniciativa es auspiciada por los feligreses; y los almuerzos los hacen los voluntarios en la cafetería “San José”, un espacio que fue adecuado no sólo para atender el comedor, sino para ofrecer otros servicios que sirven para el sostenimiento de otras ayudas sociales.
Otro de los proyectos que sigue latente en esa comunidad, es el del ropero parroquial que atiende de lunes a viernes de 9h00 a 13h00 y de 15h00 a 17h00. Allí se vende ropa, zapatos, utensilios de cocinas y otros productos que son ofrecidos a precios muy módicos. Con el dinero recaudado se realizan talleres de emprendimientos y de acompañamiento a personas en condición de movilidad humana.
Esta parroquia también se ha convertido en varias ocasiones, en centro de acopio de las múltiples ayudas que llegan de otras parroquias de la Arquidiócesis de Quito. El objetivo es extender la mano solidaria a comunidades y otras ciudades golpeadas por las catástrofes naturales, entre ellas: La Gasca, Pambachupa, Alausí, Esmeraldas, entre otras.