Arquidiócesis
Cáritas: un trabajo que nace desde el corazón
José Colmenárez
La Pastoral Social Cáritas de la Parroquia Sagrada Familia de El Condado, sigue apostando por la formación de sus voluntarios y la promoción de ayudas sociales para los más necesitados del sector y de otras zonas aledañas.
Tras casi diez años de haberse iniciado la pastoral social Cáritas en esa comunidad parroquial, los voluntarios continúan trabando con el mismo ímpetu y la misma ilusión del primer día. El objetivo principal de cada uno de ellos, es ser “testigos de Cristo; personas que aman y que llevan el rostro de Dios a los que menos tienen”.
Carina Guzmán, coordinadora de la pastoral social, comenta que Cáritas inició en el 2014, luego de que jóvenes de la parroquia y otros voluntarios se fueran demisiones por Semana Santa a provincia de Cotopaxi, pues allí, conocieron las necesidades de sus habitantes.
“Esto llevó a formarnos y a preocuparnos por las necesidades de las personas de bajos recursos de la comunidad de Angamarca en Cotopaxi. Desde ese momento iniciamos la recolección de comida, agua potable, medicinas y otras ayudas técnicas que íbamos llevando al lugar periódicamente”. Añadió.
Guzmán mencionó que, tras ese primer acercamiento con personas vulnerables, se conformó un equipo de voluntarios para iniciar la pastoral social Cáritas. Actualmente atienden las necesidades de las personas más vulnerables del sector, al igual que de otras zonas aledañas a la parroquia, entre ellas, a la comunidad de Catzuquí de Velasco. Allí, los últimos domingos de cada mes se realizan almuerzos solidarios para los ancianos y se entregan canastas alimenticias para algunas familias.
Añadió que, con la dirección del párroco, el P. Cristian Luzón, actualmente trabajan en el fortalecimiento de Cáritas, que busca no sólo atender las necesidades materiales de sus habitantes, sino que también ofrecen ayudas espirituales y acompañamiento a personas vulnerables, entre ellas, a niños de la Aldea Franciscana, Santa María de los Ángeles, para acompañarlos, jugar y ofrecer una mano amiga quienes viven en el lugar, al igual que, almuerzos con personas en situación de calle y recicladores del sector.
Por otro lado, agregó que ser voluntaria de Cáritas “es una responsabilidad muy grande”, porque es un “trabajo que nace del corazón. Un trabajo que va más allá de las fronteras y ofrece un amor preferencial por los pobres y las personas necesitadas”. Continuó diciendo que, “la pastoral social es dar sin medida, y recibir muestras de cariño y afecto de los más vulnerables”.