Centenario de la Legión de María, 100 años de amor
María del Cisne Gualan, reportera parroquial
Con el lema "A Jesús por María", la Legión de María celebró una Eucaristía de Acción de Gracias por su centenario el martes 07 de septiembre a las 11:00 en la Parroquia Eclesiástica Santa Clara de San Millán, presidida por su párroco el Padre Manuel Calispa, quien además es el Director Espiritual de Senatus en Ecuador.
La Legión de María es un movimiento mariano que nació en Dublín, Irlanda, bajo la guía de Frank Duff y un grupo de 15 personas, el 07 de septiembre de 1921. En estos cien años se ha extendido en todos los continentes, logrando una estructura fortalecida y abriendo espacios para todos los miembros de la familia. Así, el grupo Semillitas está destinado a los más pequeños y presidido para los jóvenes.
Uno de los objetivos de la celebración, según el padre Manuel Calispa, fue unirse a miles de legionarios en el mundo para expresar que su carisma sigue vivo, a través de cada servicio que vienen desempeñando desde su fundación como: la visita a familias en los domicilios, a las cárceles, a los niños en orfanatos, hospitales y lugares de atención del adulto mayor; así como la colaboración activa en las parroquias donde se encuentran ubicados.
Carlos Uquillas, legionario perseverante por más de veinte años, da testimonio vivo del amor de Dios en su historia personal, familiar y comunitaria, pues desde que se vinculó al grupo, su vida se ha transformado completamente, dejando atrás un estilo de vida mundano, de alcoholismo y sin horizonte. Es así, como recalca la importancia de la misión que el movimiento desempeña para el cuidado espiritual de las almas tan importante en los tiempos actuales.
La celebración inició con el rezo del Santo Rosario, se realizó entrega de ofrendas representativas del movimiento y un factor sorpresa al final fue una serenata a la capitana de la Legión, la Virgen María, con presencia de un grupo de mariachis. A esta celebración acudieron cerca de 50 legionarios y otros feligreses de manera presencial, para lo cual se tomó en cuenta todas las medidas de bioseguridad como la desinfección al ingreso del templo, el distanciamiento social y el uso de la mascarilla.
Guadalupe y su madre, feligreses de la parroquia, salieron muy satisfechas de la celebración, pues no esperaban dicho acontecimiento, por lo cual Guadalupe dijo que “fue una Eucaristía muy especial y una bendición, ya que mi madre está de cumpleaños y fue el mejor regalo que le pude dar”, así mismo se comprometieron a regresar los próximos días. Es así como evidenciamos y damos gracias a Dios por la fuerza evangelizadora de los legionarios de María.
