Arquidiócesis
Charla del Subsecretario del Sínodo reunió a más de ochocientas personas
José Colmenárez
La charla del Subsecretario de la Secretaría General del Sínodo, Mons. Luis Marín de San Martín, osa, sobre “la sinodalidad, camino de la Iglesia para el tercer milenio” fue todo un éxito. La ponencia se llevó a cabo este martes 16 de enero en el Colegio Spellman Femenino y contó con la presencia de más de ochocientas personas de los diversos movimientos laicales de esta Iglesia local.
El Arzobispo de Quito, Mons. Alfredo José Espinoza Mateus, sdb, destacó la importancia de la charla, puesto que el Sínodo es una vigilia que antecede al Congreso Eucarístico. “Esto nos motiva a seguir trabajando y a soñar en fraternidad”. Para él, la presencia del Subsecretario de la Secretaría del General Sínodo “es un regalo de Dios que nos prepara y nos anima a caminar juntos como Iglesia”.
Por su parte, Mons. Luis Marín de San Martín habló de la comunión, participación y misión como ejes fundamentales de la sinodalidad, y cómo ésta va marcando el diario vivir de “una Iglesia que se va renovando y ofrece respuestas a los desafíos actuales”. Para él, el dinamismo sinodal requiere un compromiso especial de quienes integran la Iglesia.
Añadió que la Iglesia siempre ha sido misionera y no debe quedarse estancada en el pasado, sino que deben ir caminando de acuerdo a las realidades actuales.
El Obispo agustiniano enfatizó que el sínodo de la sinodalidad “no terminará nunca” porque la Iglesia siempre está renovándose y caminando junta; haciendo comunión con Cristo y escuchando la voz del Espíritu Santo. Agregó que la acción del Espíritu Santo es importante en el proceso sinodal, porque suscita los diferentes carismas y cada uno, desde su vocación, debe aportar ideas para buscar el consenso en las tomas de decisiones.
En conclusión, Mons. Marín destacó que la sinodalidad es un camino de escucha y discernimiento entre todos los fieles de la Iglesia, basado en la fe que es constante; que se nutre de la sabiduría colectiva, de la hermandad y la guía del Espíritu Santo; y finalmente se materializa en las decisiones tomadas en distintos ámbitos.