El Clero de Quito se reunió de forma presencial luego de dos años de pandemia
José Colmenárez
El pasado miércoles 17 de noviembre, los sacerdotes de la Arquidiócesis de Quito, mantuvieron una reunión con el Arzobispo, Mons. Alfredo José Espinoza Mateus, sdb, en la Casa Sacerdotal del Sagrado Corazón de Jesús de la Armenia.
Aunque los sacerdotes mantenían reuniones vía zoom y en sus vicarías episcopales territoriales, encontrarse el clero completo, luego de dos años de pandemia, fue de gran alegría y satisfacción para ellos. Monseñor Alfredo añadió que, para él, esta asamblea anual de presbiterio, ha sido motivo de “gran alegría” y todo este tiempo de pandemia ha servido para cultivar la esperanza como el don más precioso que Dios ha podido regalar a sus hijos.
A la asamblea, también asistieron los sacerdotes de las distintas comunicades religiosas que hacen vida pastoral en la Arquidiócesis de Quito.
“Grandes cosas logra realizar Dios en el hombre cuando la esperanza se mantiene viva dentro de él, porque la misma hunde sus raíces en la fe y es reflejo de un corazón abierto, de un corazón que cree. Por ello, es posible “esperar contra toda esperanza”, gracias a la predisposición del hombre y el actuar de Dios”, dijo Mons. Alfredo
La asamblea de presbiterio sirvió para reflexionar sobre la pastoral sacerdotal y abordar temas relacionados al “camino sinodal”, el Congreso Eucarístico Internacional Quito 2024, los ministerios laicales, el consejo de presbiterio y el colegio de consultores.
La reunión concluyó con el almuerzo, y con el deseo de seguir trabajando y “construyendo” la Iglesia de Quito.
“Es lo que quiero de todos ustedes, y de mí mismo, que nos levantemos, que caminemos, que miremos y dejemos atrás una pandemia, no sin dejar de cuidarnos, pero que miremos hacia adelante y sepamos vivir juntos, darnos la mano para saber levantarnos (…) Seamos de esas personas, dejémonos sorprender por Dios, Él es un Dios de las sorpresas. Seamos de esas personas que siembran el bien y la esperanza. Por eso, queridos hermanos: «Vive, ama, sueña, cree. Y, con la gracia de Dios, no desesperes nunca»”, recalcó el Sr. Arzobispo.
