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Arquidiócesis

El Santísimo Sacramento salió al encuentro de sus fieles

Quito, 15 de junio de 2020

José Colmenárez.-

Las calles de la ciudad de Quito han visto pasar muchas procesiones, pero ninguna como la de ayer domingo en el día de Corpus Christi.

La solemnidad de Corpus Christi es una de las fiestas más importantes de la Iglesia, en Quito se lo hace con procesiones muy concurridas, en algunos casos con bailes autóctonos, con actividades culturales y en el Centro Histórico en medio de alfombras hechas con pétalos de rosas y en la que se dibujan mensajes en defensa de la vida y de la familia.

Este año se llevó a cabo de una manera diferente. El Arzobispo de Quito, Mons. Alfredo José Espinoza Mateus, sdb, junto a sus dos obispos auxiliares, Mons. Danilo Echeverría y Mons. David de la Torre, ss.cc, presidió la Misa a puertas cerradas en la Catedral de Quito, y fue transmitida por las redes sociales de la Arquidiócesis de Quito y a través de la Señal de Radio Católica Nacional, Radio María, Radio Matovelle y Radio Latina.

Durante la celebración las parroquias de la Arquidiócesis de Quito se unieron junto a sus fieles a la transmisión de Facebook y se registró una participación mayor a las 35.000 personas.

Concluida la Misa, al menos el 90% de las parroquias eclesiásticas de Quito, y por pedido de los señores obispos, los párrocos en manera simultanea recorrieron las calles de la ciudad portando la Custodia del Santísimo Sacramento.

Aunque no hubo procesiones con el fin de precautelar la salud y la vida de los quiteños, fueron varias muestras de fe y de cariño que se notó la noche de ayer. Cientos de altares con veladoras, imágenes de santos, especialmente del Sagrado Corazón de Jesús adornaban las calles de la ciudad, mientras que los fieles se arrodillaban y oraban al ver pasar al Señor presente en la Hostia Consagrada.

En las afueras de la Nunciatura Apostólica, el representante del Papa en el Ecuador, Mons. Andrés Carrascosa en compañía de todo su Cuerpo Diplomático, se arrodillaron y rezaron frente al Santísimo.

El Sr. Nuncio destacó que el instante “fue muy profundo, especialmente en este año en el que la comunidad cristiana no pudo ir a las Iglesias y hacer las procesiones siguiendo al Santísimo. Tuvimos la gracia de que el Señor nos salió al encuentro y vino a visitarnos por nuestras calles, pasando por nuestras casas”.

“Fue un momento para pedirle al Señor que nos ayude a todos, tanto como Iglesia como sociedad, a sacar las lecciones necesarias de este momento de particular dificultad que ha sido la pandemia”, añadió.

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