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Arquidiócesis

En la Arquidiócesis, un nuevo diácono al servicio del pueblo de Dios

Quito, 31 de agosto de 2021

José Colmenárez

El Arzobispo de Quito, Mons. Alfredo José Espinoza Mateus, sdb, invitó a Lenin Zurita, a vivir su diaconado teniendo como ejemplo el amor de Cristo.  

Lo hizo el pasado 28 de agosto durante una Celebración Eucarística que tuvo lugar en la Parroquia Nuestra Señora de Guadalupe (Ciudadela Plywood) y donde Lenin Zurita fue ordenado diácono transitorio.

La celebración se realizó en esta parroquia, por ser la comunidad donde nació la vocación de Lenin. Desde que Mons. Espinoza tomó posesión de la Arquidiócesis de Quito el 02 de mayo de 2021, ha querido ordenar a los diáconos en los pueblos y comunidades donde surgieron sus vocaciones sacerdotales; pues esto, es un signo de “testimonio vocacional”.

“Creo que es clave el que vean una Ordenación (los miembros de las comunidades parroquiales), el que vibren con quien han conocido desde niño y han acompañado en su proceso vocacional y siempre aprovecho para un “llamado” a los jóvenes, mayor motivación vocacional no existe, según mi opinión. Desde que soy Obispo decidí ordenar de diáconos en los pueblos de ellos o en las parroquias donde viven y donde surgió su vocación al sacerdocio”, dijo el Sr. Arzobispo.

Durante la homilía Mons. Espinoza, exhortó a Lenin a vivir la “novedad” del mandamiento del amor, teniendo como guía lo que dice el Evangelio “Como yo los amé”.

Ante esto, Mons. Espinoza recordó las palabras del Papa Francisco “Esta es la novedad del mandamiento del amor. Y Él da precisión a su afirmación: “Como yo los amé”: un amor universal, incondicional y sin límites, que encuentra su ápice en la Cruz”, agregó.

En ese mismo sentido le exhortó a amar con el mismo amor de Cristo. “Ama sabiendo que debes amar, “como Él nos amó”. Que tu amor sea siempre nuevo, un amor que construye puentes, un amor que se acerca, un amor que sirve, un amor que escucha, un amor que entrega su vida toda entera para que otros tengan vida”.

Finalmente le exhortó a vivir la vocación del diaconado con gozo y alegría “(…) vive alegre, con gozo, a pesar de los problemas, a pesar de las situaciones difíciles. Vive alegre sirviendo con amor a tu pueblo”.

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