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Arquidiócesis

“Intensificar la fe, la esperanza y la caridad”, mensaje de Mons. Danilo Echeverría en el Miércoles de Ceniza

Quito, 17 de febrero de 2021

José Colmenárez

En la celebración del Miércoles de Ceniza, el Obispo Auxiliar de Quito, Mons. Danilo Echeverría, recordó las Palabras del Papa Francisco de “intensificar la fe, la esperanza y la caridad” en la Cuaresma.

Mons. Danilo Echeverría desde la Catedral Primada de Quito, resaltó que los cristianos deben conocer y profundizar sobre la fe, para ser testigos de ella, especialmente en estos tiempos de pandemia.

“La fe nos invita a meditar los misterios de nuestra salvación, para encontrar razones sólidas que nos den esa paz que el mundo no puede darnos y que solo pueda dárnosla Dios”, añadió.   

Por otra parte, destacó que durante el Tiempo de Cuaresma es importante dar esperanza a todo aquel que lo necesita, especialmente en estos tiempos donde hay tantas personas que se están debatiendo entre la vida y la muerte, o quizás donde hay tantos hogares y familias que atraviesan momentos de dolor debido a la pandemia de la Covid-19.

“Dar esperanza es una característica propia de nuestra fe. Esa cercanía y ese compartir el dolor, es dar esperanza en una vida futura, es dar una razón para seguir luchando”, resaltó.  

En cuanto a la invitación del Papa Francisco de renovar la caridad, el Sr. Obispo, enfatizó que el hacer ejercicio de caridad es estar en caridad con Dios. “Es el amor de Cristo que nos une y ese cariño, es la virtud más grande por el cual los cristianos debemos ser reconocidos. Le pedimos al Señor que este itinerario cuaresmal sea una intensa práctica de la caridad”.

Las cenizas fueron esparcidas sobre las cabezas de los fieles

El ritual de las cenizas se ha adaptado a la situación de pandemia, por lo que el celebrante, tras bendecir y rociar las cenizas, ha tenido que decir una sola vez y en alto para todos los fieles la fórmula del Misal Romano: “Conviértete y cree el Evangelio”, ya que lo habitual era repetir la fórmula a cada persona.

Después, el Sr. Obispo, tras desinfectarse las manos, ha impuesto la ceniza, pero no de la forma tradicional en la frente, sino que la dejó caer sobre la cabeza de cada fiel sin pronunciar ninguna palabra.

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