la Arquidiócesis de Quito está lista para "volver a casa con responsabilidad"
La Arquidiócesis de Quito en su plan de “Volver a casa con responsabilidad” se encuentra lista para la primera fase en la reapertura progresiva de los templos: Oración y Confesión. En esta primera etapa no tendremos todavía la celebración de la eucaristía (misa), ni ninguna aglomeración de fieles. Los horarios de apertura los establece cada parroquia respetando de manera absoluta las restricciones de movilidad dictaminadas por las autoridades.
En la última semana, la Comisión Arquidiocesana de Bioseguridad se ha encargado de revisar la implementación de los planes parroquiales de retorno al templo. Encada parroquia se ha revisado minuciosamente lo concerniente al distanciamiento, la colocación de la señalética, la limpieza y desinfección además de la constitución de los equipos de voluntariado que en cada parroquia se encargará de cumplir y hacer cumplir las medidas de bioseguridad en todo momento.
Este día 26 de mayo en la fiesta de Santa Mariana de Jesús, azucena de Quito encomendaremos nuestra Arquidiócesis y este proceso de regreso a Casa a la santa ecuatoriana quien consagraría su vida a Dios y por el pueblo de nuestro país. Este mismo día se inciará la reapertura de 35 templos parroquiales en distintos lugares de la Arquidiócesis de Quito, que han cumplido con los protocolos y se encuentran listos para abrir sus puertas. Para este efecto, Mons Alfredo José Espinoza Mateus sdb, Arzobispo de Quito, emitirá el decreto de reapertura. Solo con este documento se podrá dar paso a cada una de las fases.
Estamos convencidos que este paso es de suma importancia en el camino de nuestro pueblo que se dispone a retomar sus labores cotidianas, nuestra gente necesita regresar a la Casa del Padre, donde los hijos de Dios en la silenciosa presencia de Dios en medio de nuestras casas nos da la fuerza para salir adelante y cura las heridas de sus hijos. Este proceso exige ahora de nosotros la más atenta responsabilidad para cumplir las normas de bioseguridad establecidas. Es un trabajo de toda la comunidad cristiana que no ve en la norma un requisito sino una verdadera y propia obra de caridad ya que ahí donde cuidamos el protocolo, cuidamos la vida de quienes amamos.
Es para todos los cristiano un momento de caridad en el cuidado mutuo e invitamos a todos quienes acudirán a los templos a vivirlo con este espíritu.
