La Arquidiócesis de Quito pasa a un 50% de aforo en sus templos
José Colmenárez
A través de un comunicado, el Arzobispo de Quito, Mons. Alfredo José Espinoza Mateus, sdb, autorizó el incremento del aforo en las eucaristías de un 50% a partir del 01 de septiembre; esto gracias al clima de tranquilidad que ofrece el programa de vacunación en el país y la responsabilidad que han asumido los párrocos a la hora de implementar los protocolos de bioseguridad y de distanciamiento social.
En la misiva, Mons. Alfredo Espinoza, recordó que la Iglesia de Quito desde que inició las eucaristías presenciales en sus templos “asumió con responsabilidad la defensa de la salud y de la vida de cada una de las personas”.
Añadió que el proceso “Volver a casa con responsabilidad” que implementó la Conferencia Episcopal Ecuatoriana “ha sido un verdadero itinerario espiritual y pastoral que debe continuarse aplicando” en cada una de las parroquias.
Ante esto, animó a los sacerdotes y a los laicos a continuar con el esfuerzo “de volver a normalidad de la vida cristiana con la presencia física de los fieles en todas y cada una de las actividades pastorales”, siempre y cuando las circunstancias lo permitan y donde se respete estrictamente las normas de bioseguridad y de distanciamiento social.
“Es verdad que la pandemia no ha terminado y que no podemos bajar la guardia; es por eso, que este ‘volver a la normalidad’ debe hacerse de manera progresiva, voluntaria y segura”, destacó Mons. Espinoza.
En la carta, el Sr. Arzobispo propuso que el aumento del aforo del 30 al 50% puede hacerse luego de que los párrocos en compañía de los miembros de los Consejos Pastorales “lo juzguen conveniente”; y elaboren un informe y un acta de compromiso que deberán presentar a los Vicarios Episcopales Territoriales.
Recalcó que “la presencialidad debe irle ganando terreno a lo virtual en todos los aspectos de la vida cristiana”, por lo que aseguró que actualmente en la Arquidiócesis también se está definiendo el plan de reactivación de las Escuelas de Formación de Catequesis y de otros ministerios eclesiales.
Al término de la carta agradeció a todo el pueblo de Dios por la fe ferviente y el compromiso que todos han enfrentado y atravesado durante la pandemia. “¡Qué el Sagrado Corazón de Jesús nos dé la fortaleza y la audacia que necesitamos!”.
