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Arquidiócesis

Misa Crismal reunió a más de 200 sacerdotes en la Parroquia La Dolorosa

Quito, 15 de septiembre de 2020

José Colmenárez.-

La Misa Crismal que se celebra cada Jueves Santo en la Catedral Metropolitana de Quito, fue presidida la mañana de este lunes 14 de septiembre en la Parroquia La Dolorosa por el Arzobispo de Quito, Mons. Alfredo José Espinoza Mateus, sdb, en compañía de sus dos obispos auxiliares Mons. Danilo Echeverría y Mons. David de la Torre, ss.cc.

La Eucaristía se realizó durante la Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz y estuvo postergada por más de cuatro meses, debido a la emergencia sanitaria y la pandemia del COVID-19.

Pastores cercanos a su pueblo

A propósito de la Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, el Sr. Arzobispo en su homilía mencionó que pese al “tiempo de cruz, de llanto, de dolor, de incertidumbres y desesperanzas”, que vive el mundo a raíz del coronavirus, sus sacerdotes han estado siempre sirviendo a su pueblo y a la Iglesia.

“Doy gracias a Dios por cada uno de ustedes, por la misión que han hecho vida de ser ungidos «para llevar a los pobres la buena nueva, para anunciar la liberación a los cautivos y la curación a los ciegos, para dar libertad a los oprimidos y proclamar el año de gracia del Señor». Ésta es su misión, e Isaías agrega: «curar a los de corazón quebrantado… y consolar a los afligidos»”, agregó.  

“Las palabras de Francisco las aplico a ustedes, mis queridos sacerdotes, los hijos en el Señor que recibí como un gran don: «Al buen sacerdote se lo reconoce por cómo anda ungido por su pueblo» (…) hay que salir a experimentar nuestra unción, su poder y su eficacia redentora: en las periferias donde hay sufrimiento, hay sangre derramada, ceguera que desea ver, donde hay cautivos de tantos malos patrones…salgamos con fe a darnos y a dar el Evangelio a los demás; a dar la poca unción que tengamos a los que no tienen nada de nada”, explicó.

En lo que refiere a la reapertura de los templos para la celebración de los sacramentos con fieles, el Sr. Arzobispo aseguró que “ya no es tiempo de encerrarnos, es tiempo de darnos con mayor creatividad y audacia frente a esta «nueva normalidad», y debemos hacerlo con la profunda alegría de ser sacerdotes del Señor. Recuerden que «El sacerdote que sale poco de sí, que unge poco, se pierde lo mejor de nuestro pueblo, eso que es capaz de actividad lo más hondo de su corazón presbiteral»”.

Ante las dificultades que les ha tocado atravesar a los sacerdotes de la Arquidiócesis de Quito, reconoció que ellos, “han sido pastores a los que les ha tocado llorar con el que llora, sufrir con tantos hermanos enfermos y agobiados, ser cercanos a tantos que han perdido todo. Han curado heridas, han sanado corazones, han sido compasivos, han sentido y vivido lo que ha vivido su pueblo. No han sido indiferentes ante tanto dolor, se han contagiado del covid19, ha muerto un hermano nuestro y también ha muerto un hermano sacerdote religioso. Ustedes han estado allí, con su pueblo, acompañándolos en esta crisis, dando y entregando su vida, y de ello doy gracias al Señor”.

Consagración del Santo Crisma

En el transcurrir de la Eucaristía y frente a más de 200 sacerdotes, el Sr. Arzobispo, recibió de las manos de los diáconos Patricio Fuentes, Stalin Freire y Francisco Almachi, las Ánforas que contenían el Santo Crisma, el Óleo de los Catecúmenos y el Óleo de los Enfermos.

Luego los jarrones, fueron colocados en una mesa y sobre ellos, Mons. Espinoza, puso sus manos para consagrar el Santo Crisma y bendecir los restantes Óleos de oliva pura.   

Los Santos Óleos, serán utilizados en el sacramento de la confirmación, para ungir a los enfermos, consagrar a los futuros sacerdotes y bautizar a los nuevos integrantes de la Iglesia.

Renovaron las promesas sacerdotales

Dentro de la celebración los presbíteros y demás religiosos que se encontraban en el lugar, renovaron sus promesas sacerdotales frente a Mons. Alfredo Espinoza, como un signo de la plenitud sacerdotal del obispo y de la unión estrecha de los clérigos con él.

Al término de Misa, el Sr. Arzobispo impartió la bendición, con el cuadro del prodigio de la virgen de La Dolorosa del Colegio, e invitó a los presbíteros a acompañarlo con la oración y a desempeñar el ministerio sacerdotal con alegría y fidelidad.

El Dato

La Misa Crismal fue transmitida en vivo a los fieles a través de las redes sociales de la Arquidiócesis de Quito. En Facebook las personas alcanzadas superaron las 45.000 visitas.  

Para ver la homilía completa haga clic aquí 

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